Poesía para jóvenes

Poesía 15.  Explosión

Me permitiste crecer y desarrollar un cuerpo abstracto.
Cuestionaste mi mente (hilada por electricidad).
Estrujaste cada pensamiento y mi pecho se quedó vacío.

Tus palabras descansan en mi piel.   Las pequeñas vibraciones
que derraman verdad ya no se expanden por debajo de la tela 
que me cubre.   No dudo mis errores.

Perdí el laberinto perfecto para permanecer perdido.
He aquí un camino en tinieblas.   Un principio que no
contiene armas.    Las murallas de mi ser se resisten a caer.

Presento mi juventud.   Esto es un recuerdo y una advertencia
para mis iguales: ahora soy una explosión.


Poesía 16.  Intento de palabra

Las palabras no son sólo ideas, son llaves de la mente.

Como metales sencillos pueden reflejar un secreto íntimo.

Abren puertas de creación para los seres poéticos e infinitos.


Poesía 17. Me mira.

Triunfante.   Él extiende sus alas: búho de noche.   Dilata
cada espacio en sus ojos.    Nocturno, paciente.

Sus plumas me enfrían la poca piel.  Grito.   "Podrías leer
mis cicatrices... amándome."

Ah, que llanto el del amor: imposible o poco común.

Daría oro en lágrimas para ser un mejor ejemplar
porque, con el tiempo, soy un libro viejo.

Ave hermosa, gracias.

Contempla y regresa a su jaula: imaginación real, única.
Mundos irreales.


Poesía 18. Como el principio algo...

Ahora, con brillo de luna en la ciudad, ella llora.   Esta
parada en el borde de la azotea y trae puesta su gabardina
negra.   Ella no es una mujer infeliz; ella es espontánea y
sonriente.  Bella mujer de piel blanca y ojos azules, 
cabellera larga y oscura.   Pena da verla y sentir.  Ahora, con
brillo de luna en mi rostro, ella se deja caer; se deja morir.

Dolor da ver grietas en mí que no se pueden cerrar.
Una bala, una señal.  Jalo el gatillo.  Dulce nada.


Poemas del escritor André Vélez Montiel